Mateo 11:28
Mateo 11:27: “27Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”.
Cuando Jesús dijo que les fueron entregadas todas
las cosas, se refiere, al sol, a la luna, las estrellas, los animales, los
árboles, etc. ¡Todas las cosas! El mundo no está en control del diablo, ni en
control de algún mandatario; el mundo no está bajo el poder o la potestad de
algún poder económico. ¡Todas las cosas le han sido dadas a Jesús y Él tiene
las riendas! Y aunque la tormenta es grande, podemos decir que Jesús es isaias 9.6 padre eterno ,el Príncipe de la
paz, Rey de reyes y Señor de señores.
Mateo 11: 28 al 30 continúa diciendo: “28Venid a mí todos los que
estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29Llevad mi yugo sobre vosotros,
y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas; 30porque mi yugo es fácil, y
ligera mi carga”.
A la hora de predicar, no sólo le predico a la
gente sino también a mí, y en este tiempo, Dios me ha dado un versículo de la
Biblia que se encuentra en Mateo 11:28: “28Venid a mí todos los que
estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Nosotros sufrimos dos
clases de cansancio: El que se produce en el cuerpo cuando nos agotamos por
causa del trabajo, y el cansancio del alma, que es cuando ésta se agota
haciendo esfuerzos inútiles. El más peligroso es el cansancio del alma porque
ésta entra más fácil en influencia extraña de demonios cuando está agobiada,
agotada y cansada, más que el cuerpo.
Jesús dijo: “Vengan a mi todos los que
están trabajados y cansados que yo los haré descansar”. Y yo quiero hablar
básicamente acerca del cansancio del alma que se comporta como el cuerpo y como
algunos materiales comunes.
EL EJEMPLO DEL ACERO
Cuando se estudia arquitectura, tenía una materia
que trataba básicamente los materiales de construcción, y otra, que trataba la
resistencia de esos materiales. Esta materia, a través de la física, estudia
cómo soportan los materiales las distintas tensiones a las que son sometidos.
Antes de colocar una estructura de hierro en una viga de hormigón, se ha
estudiado previamente el cemento portland, la piedra, la arena y también se ha
estudiado el acero, mediante pruebas de laboratorio, sometiendo los materiales
a esfuerzos, de los cuales se obtienen mediciones.
Es por eso que en la construcción se conoce
previamente cuánto es que puede llegar a soportar un material. Hay distintos tipos
de esfuerzos a los que son sometidos los materiales, como el de compresión,
de tracción, de torsión y de flexión; y éstos se comportan de diferente
manera según su contextura. Por ejemplo, las piedras no sirven para esfuerzos
de tracción, pero sirven para compresión. Y de la forma que mejor trabaja el
acero es mediante tracción. Cuando los materiales de construcción se someten a
esas pruebas, se emplean unas gráficas que muestran la deformación que
presentan en función del esfuerzo al que son sometidos; por ejemplo, cuando se
tensiona y se usa el método de tracción en el acero, se mide a quinientos, a
novecientos, a mil cien kilos y se estudia qué efecto produce ese esfuerzo al
que se lo está sometiendo.
¿A dónde quiero llegar con esto? A que el alma funciona tal
como un material de construcción; mientras más esfuerzo tenga que hacer ésta,
más difícil se pone la cosa para soportar. En las gráficas que muestran cómo se
comporta, por ejemplo, el acero, se llega, en algún punto a lo que se llama, la
tensión admisible.
¿Qué es
esto? Es el esfuerzo al que se le puede hacer trabajar al acero y no puede
ir más de ahí porque sería peligroso. Cuando se somete a un esfuerzo mayor al
de la tensión admisible, llega un momento en que el material no soporta más,
entonces comienza a perder su cohesión interna, pierde el poder de soportar la
tensión, entonces entra a un nivel de esfuerzo en el que se mide, ya no la
tensión admisible sino la tensión de fluencia. Ya no hace falta someter al
acero a un esfuerzo más grande porque se estira solo. Tal vez has probado
cortar un alambre sin una tenaza, lo doblas en L y mueves hacia afuera y hacia
adentro varias veces, lo haces entrar en fatiga, y al final el material dice:
“¡No doy más! ¡Esto me puede! ¡Esto es más fuerte que yo!” ¿Has dicho estas
frases alguna vez? La tensión de fluencia es cuando el acero dice: “Hagan lo
que quieran, yo ya no aguanto más”.
LAS
PROMESAS DE DIOS PARA TI
El Señor te dice: “2Cuando pases por las aguas, yo
estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego,
no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:2). Tú deberías
caminar con Cristo y entregarle esas cargas que no puedes llevar. Debes llevar
el yugo de Cristo porque Él te dice: “29Llevad mi yugo sobre vosotros,
y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas; 30porque mi yugo es fácil, y
ligera mi carga” (Mateo
11: 29 y 30).
Yo soy sometido a toda clase de tensiones, todos
los días, todo el día, y tenemos que aprender a convivir con esas tensiones.
Aprender a ser felices con lo que tenemos, tener un espíritu de contentamiento
y disfrutar lo que el Señor nos ha dado es un don de Dios. No poder disfrutar
de un hijo porque estás muy presionado; no poder disfrutar del cónyuge que Dios
te ha dado es una desgracia y una maldición.
¡Dios quiere que disfrutes la casa que tienes y la
comida que comes; quiere hacerte disfrutar el esposo o la esposa que tienes, el
pastor y la iglesia que tienes! Hay gente que culpa a la iglesia porque se siente
mal, culpa a la suegra, al cónyuge, al gobierno y a Dios. Cuando le echas la
culpa a todo, entonces el problema eres tú. Tus estados de ánimo te someten a
tensiones que no puedes soportar pero Jesús dice: “Vengan a mi todos
los que están trabajados y cargados que yo les haré descansar. Aprendan de mí
que soy manso y humilde de corazón y hallarán descanso para sus almas”. ¡El
alma necesita descansar! Hay cosas que yo debo y puedo resolver pero hay otras
que no, y para esas cosas que no puedo resolver, tengo que tener la suficiente
fe y confianza de que Dios está conmigo y que Él se hace cargo de mis cargas.
Se me presentan situaciones conflictivas que no sé
cómo resolver; yo quisiera que se solucionara ya, y todo está planteado de tal
manera que no puedo tomar ninguna decisión, pero sé que tengo que esperar en
Dios y confiar en Él, presentarme delante del Señor y pedirle que tome mi
carga. Necesitas aprender a esperar en Dios y a confiar en Él, debes estar
dispuesto a llevar su yugo, no tomes decisiones apuradas y equivocadas, así que
entrégale a Dios tus cargas. El ministerio de Jesús está orientado especial y
específicamente a los débiles, a los quebrantados, a esos que no dan más. El
Señor hoy te dice: “Ven a mí para poder descansar”.
¡Tu alma necesita descanso! Llega el momento en que
no tienes paz ni durmiendo una siesta, ni yéndote de vacaciones o durmiendo
diez horas por día porque tu alma sigue trabajando. Hay quienes toman pastillas
para tratar de apaciguar la mente; es como que han apretado el acelerador y su
mente da vueltas y vueltas, y no consiguen conciliar el sueño, entonces cuando
se levantan se sienten más cansados que antes y su problema aún no está
resuelto. Hay personas que han tomado decisiones apresuradas tratando de
resolver algún asunto pero el resultado fue peor. Dios hoy está tratando
contigo y te dice: “Déjame a mi resolver tu vida. Déjame ayudarte. Ven a mí
para descansar”.
Isaías 61 profetiza acerca de Jesús y dice lo
siguiente: “1El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me
ungió Dios; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a
los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos
apertura de la cárcel” (versículo 1). ¿Quiénes son los abatidos? Son los
que están cansados, quebrados, agotados. Se dice que cuando un ejército vence a
otro, han abatido o doblegado a su enemigo. Y Dios hoy le habla a
aquellos que ya están rendidos, que están agotados y doblegados, a quienes han
sido vencidos por el enemigo o por las circunstancias y les dice: “Vengan
a mí todos los que están trabajados y cargados que yo les haré
descansar”.
No se trata de descansar durmiendo en una cama sino
de la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. La Biblia dice en
Filipenses 4: 6 y 7: “6Por nada estéis afanosos, sino
sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con
acción de gracias. 7Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús”. ¡Preséntate delante de Dios con tus cargas! El
agotamiento del alma tiene que ver con los pensamientos y los sentimientos. Lo
que tú piensas y sientes te agota, pero Dios quiere que le entregues todo a Él,
y su paz, que sobrepasa todo entendimiento guardará tu corazón y tus
pensamientos en Cristo Jesús. ¡A cambio, tú tendrás la paz de Dios! Esto que te
estoy diciendo no ha salido de mí sino que ha salido del corazón de Dios.
¡Él es quien te está hablando!
Leemos en Jeremías 6:16: “16Así dijo el señor: Paraos en
los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen
camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No
andaremos”. Tu alma no
necesita un nuevo medicamento descubierto por un laboratorio, no necesita
de un nuevo descubrimiento de la sicología; lo que tu alma necesita es la paz
de Dios que sobrepasa todo entendimiento.
No es algo nuevo lo que te salvará sino algo viejo,
el mensaje antiguo. “Yo estoy contigo”, te dice el Señor. El descanso y la paz,
lo experimentó David al declarar: “4 Aunque ande en valle de sombra
de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado
me infundirán aliento. 5 Aderezas mesa delante de mí en
presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está
rebosando” (Salmo 23: 4 y 5).
Ahí están tus angustiadores y tus problemas por causa de la falta de dinero, de
trabajo, por tu falta de valor de parte de tu cónyuge o de tus padres, mas el
Señor te dice: “¡Yo estoy contigo en el valle de sombre de muerte! ¡Yo
preparo una mesa para ti delante de tus angustiadores!”
Eso lo hizo Dios! ¡Ya Dios algo hará! ¡No te
cargues con los problemas! ¡Preséntate delante de Jesús y etrégale tus cargas!
No tengas preconceptos de lo que Dios hará, pero sabe que Él lo hará.
hoy quiere tomar tu carga y hacerte libre de toda
opresión. El Señor quiere darle descanso a tu alma. Se libre en esta hora, en
el nombre de Jesús y descansa en Él.
Pastor pablo Alarcon
Anj church
Comentarios
Publicar un comentario